Para los israelíes, Naciones Unidas es una espada de doble filo. Por una parte, tienen completamente presente el sentimiento antiisraelí que Naciones Unidas perpetúa, pero por la otra quieren formar parte de ella y quieren que se escuche su voz. Esta postura es comprensible, pero da lugar a posturas que en ocasiones contradicen directamente los intereses claros de Israel.
Ejemplo: durante una conferencia reciente titulada "Secuestrar los derechos humanos: la demonización de Israel por parte de Naciones Unidas", Daniel Carmon, representante permanente en funciones de Israel en la ONU, afirmaba que "Nosotros [Israel] nos encontramos hipocresía y cinismo por una parte, y todos somos testigos de eso en cuanto accedemos al edificio, pero también estamos intentando identificar con relativo éxito cómo, dentro del mandato existente, [encontrar] caminos paralelos de trabajo con la entidad mundial". Reflejando esta problemática y paradójica postura israelí, Carmon instaba a los aproximadamente 200 participantes en la conferencia a declarar que la UNRWA (United Nations Relief and Works Agency for Palestinian refugees in the Near East) "está haciendo un buen trabajo" proporcionando asistencia humanitaria a los palestinos en los territorios palestinos.
El asunto de la UNRWA ilustra mejor que todos la dificultad de la situación israelí en Naciones Unidas. Los funcionarios israelíes afirman que si la agencia no se ocupa de las necesidades de los palestinos, entonces se convierten en responsabilidad de Israel. Y a pesar de los bien documentados vínculos de la UNRWA con los terroristas, Israel prefiere no llevar esta carga.
Esta postura da lugar a una situación en la que el propio Israel acaba constituyendo uno de los obstáculos en el desmantelamiento de la agencia. La UNRWA, a su vez, es el obstáculo central que impide una solución al tema de los refugiados palestinos -- que es uno de los factores centrales que impiden la resolución del conflicto palestino israelí.
Comprender la manera en que la UNRWA ayuda a perpetuar el problema de los refugiados palestinos exige examinar de cerca la manera en que funciona la agencia. Hacerlo revela el funcionamiento de una burocracia disfuncional.
Mientras que los refugiados palestinos se beneficien económicamente de la UNRWA, la agencia se beneficia a su vez de los refugiados. Los refugiados son el motivo de existencia de la organización. Y las burocracias tienden a ver con desagrado su disolución. Por tanto, al igual que cualquier otra burocracia de nivel, la agencia no tiene ningún incentivo para solucionar el problema de los refugiados palestinos si quiere seguir existiendo. Poner fin al problema de los refugiados hace redundante a la UNRWA.
En su lugar, la UNRWA ha creado mil y una maneras de perpetuar la dependencia de los palestinos. Los intereses de los refugiados y de la agencia están entrelazados de manera fatal: la UNRWA se abastece principalmente de palestinos locales -- más de 23.000 de ellos -- con apenas 100 profesionales internacionales reales de Naciones Unidas. Llamativamente, mientras que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Unicef (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia) evitan dar trabajo a los locales que también son receptores de los servicios de las agencias, la UNRWA es la única que no realiza tal distinción. El terrorismo no le excluye a uno de formar parte de la agencia de Naciones Unidas. En la práctica, es muy al contrario: los hospitales y las clínicas supervisadas por la UNRWA dan trabajo de manera rutinaria a miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Hamas, o la Jihad Islámica. Dar trabajo a los palestinos década tras década y proporcionarles ayuda a nivel de subsistencia y educación rudimentaria está muy lejos de darles habilidades útiles y una actitud positiva hacia crear su propia economía independiente e instituciones civiles viables.
Además, la agenda de los palestinos (y de la simpatía hacia la causa de los palestinos) se ha infiltrado a cada nivel de Naciones Unidas. La UNRWA lleva décadas manteniendo este único tema, clave para la supervivencia de la agencia, en primera línea de la agenda de la ONU, ya pertenezca ahí o no. Ha generado apoyo occidental y árabe a la deslegitimación de Israel y facilitado comparaciones entre Nazismo y Sionismo - una articulación falsa encaminada a fomentar las denuncias de opresión de los palestinos. Cuando el ex Secretario General Kofi Annán comparecía en los actos del "Día de Palestina" en la ONU, que sorprendentemente mostraban un mapa de Oriente Medio que omitía visiblemente a Israel, era emblemático de unas Naciones Unidas que se han convertido en una maquinaria propagandística de esa manera de pensar. La UNRWA carece de paralelo en el sistema de la ONU. Se dedica únicamente a proporcionar asistencia a los refugiados palestinos; ningún otro colectivo de refugiados, sean cuales sean las circunstancias, ha merecido tamaña atención.
Al examinar el futuro de las relaciones palestino israelíes, Naciones Unidas, como miembro del Cuarteto, tiene la obligación especial de respetar el compromiso establecido en la hoja de ruta en el 2003 para la paz palestino israelí de desmantelar la infraestructura y las instancias terrorista. En un esfuerzo por separar la labor positiva de la infiltración y la explotación terroristas, Washington debería estar dispuesto a ayudar a Naciones Unidas a cumplir su compromiso financiando una "Oficina de Estándares de Competencia" para la UNRWA y las demás agencias.
Apoyar tal iniciativa también revierte en interés de Israel. En su forma actual, la burocracia consuetudinaria de la UNRWA es uno de los actores centrales que ofrece trabajo a miembros de grupos terroristas, que fomenta la dependencia de los palestinos, y que perpetúa mitos y falsedades sobre Israel, ayudando evitar una solución al conflicto.